El Estado Federal de Panamá
La propia Naturaleza ha conformado en Panamá una entidad distinta.
- Mexicali
- - Actualizado: 24/10/2017 - 09:48 am
Todo el siglo XIX panameño radicó en una búsqueda constante de la identidad. Dentro de la unión colombiana, con todas las denominaciones políticas que tuvo el país, los panameños van puliendo la conciencia de nuestro particularismo histórico, geográfico, étnico y cultural. Las exigencias de estatutos legales que reconozcan nuestra especial realidad no se dejaron esperar. Solo hay que reparar las Gacetas Oficiales y periódicos de la época, además de los escritos de connotados istmeños, para darse cuenta de la sensibilidad que hay al respecto.
Panamá es un mundo aparte que no "embona" ni con Centro América ni con Colombia. Así, los intentos separatistas de 1830, 1831 y 1840 pueden considerarse asonadas que se orientan en tal sentido. Por lo pronto, nadie habla de independencia absoluta. Para que Panamá haga soldadura dentro del vasto país del sur, se requiere que desde las altas esferas bogotanas se de un reconocimiento urgente de los rasgos que hacen del Istmo un cuerpo distinto en aquella andadura socio-política.
En el marco de esas exigencias adviene el año 1855. El abogado, político, analista y teórico Justo Arosemena Quesada frisa en los 38 años de edad. Vislumbrar el destino propio panameño requiere primero de una teorización cónsona con la coyuntura poco feliz de golpes de Estado, economía frágil, agro devastado, alzamientos en armas, la muerte accidental de Tomás Herrera, el impecable panameño, un año antes.
Justo Arosemena publica un opúsculo titulado El Estado Federal de Panamá, obra que considera el catecismo de nuestra nacionalidad aún en ciernes.
Sus argumentos son irrebatibles. La propia Naturaleza ha conformado en Panamá una entidad distinta. La conclusión es que esta comarca, no siempre bien atendida por los Gobiernos, está llamada, tarde o temprano a gobernarse por sí misma, con total autonomía. Desde las alturas andinas no se puede legislar para un país de costas -léase- al flujo del tráfico, del tránsito mercantil, de su variedad humana impresionante.
El análisis sereno del Patriarca Don Justo será una llamada fuerte, un paso contundente que los panameños esgrimen para definirse a sí mismos hace un siglo y medio.
El libelo de Arosemena fue premiado con el éxito. El 27 de febrero de 1855, un Acto reformatorio de la Constitución colombiana creó el Estado Federal de Panamá. No obstante, la federación que él mismo presidió no nos hizo impermeables al desorden generalizado, las pasiones desbordadas, los partidos políticos que reclamaban el poder con exacerbación.
En 1858, una nueva Carta Magna estatuía la Confederación Granadina y en 1863 surgirán los Estados Unidos de Colombia, ente que durará 23 años hasta que se imponga el centralismo de Rafael Núñez.
Lo esencial del pensamiento de Arosemena, es que Panamá continuó en su marcha hacia la soberanía que no ocurrirá hasta noviembre de 1903. Justo Arosemena no vivió para ver el Istmo constituido en República, pero su obra perdurará como un documento fundamental para comprender nuestra historia rica y aleccionadora. Su aporte fue decisivo según aquellas circunstancias, una respuesta pensada, conceptualizada y permanentemente vigente. La actualidad del planteamiento queda resumida en una frase de Don Justo: "Propensión de los Estados pequeños a mantener su independencia que envuelve también su libertad".
Esta gira es gratuita para todas las personas que son atendidas. Próximamente se realizarán Giras Medicas en las comunidades de Cerro Castillo en Arraiján, Sector 4 de Pacora y en Génesis de Mañanitas.
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