Literatura
Aura de Canova, la de los poemas de sol y de agua
Conocí a Aura hace poco. Una mujer sencilla, pero inteligente. Nos unieron los niños. Nos unió la literatura infantil. Aura ha escrito de todo, ha escrito a
Conocí a Aura hace poco. Una mujer sencilla, pero inteligente. Nos unieron los niños. Nos unió la literatura infantil. Aura ha escrito de todo, ha escrito a la vida, a las cosas cotidianas, al amor (con toques femeninos), ha escrito con sinceridad. De la poesía de Aura, me gusta, sobre todo, que traza temas diversos y que, a menudo, escapan de la monotonía, de la rutina, por lo que, además de leerla rápido, pero con reflexión, tienes la oportunidad de disfrutar.
Aura es aguadulceña, de su Pocrí querido. Es la coordinadora de Millenium, el círculo de lectura de la Biblioteca Pública de Aguadulce y del proyecto Siembra de Lectores, así como miembro del colectivo literario Letras de Fuego. Tiene publicados “Naipes” y “Destellos de memoria y piel”. Ha sido distinguida en múltiples ocasiones y ha recibido la crítica de interesantes nombres dentro de la literatura nacional e internacional.
A un factor determinante y más reciente que es la literatura dedicada a niños es el tema al que me referiré ahora. Aura goza escribir poesía para niños, porque está a su lado; porque, a diferencia de muchos, descubre lo que les llama la atención; porque se actualiza y comprende que ya no juegan igual, que ya no viven igual; y porque ha aprendido a soñar con ellos. Sucede igual con sus cuentos.
“Mundos de niños y algo más…” está, según la autora, dedicado al mundo mágico y existencial de niños entre seis y doce años y recrea temas actuales. En su cuento “Barcos de papel en el barrio” (disponible en su blog y el que me ocupará en adelante), Aura usa la técnica del juego. Con este, nos traslada, a los viejos, a la infancia, y a los niños les estimula los sentidos, porque, además de que se sienten parte, nos sentimos parte, pueden transformar, en juego, el mundo, mucha veces deleznable.
Aura comprende que la palabra escrita es el escape, es el medio. Mediante la palabra ofrece a quienes leen el cuento un mundo diferente a los otros, pero igual para a quien, de la misma manera, puede pertenecerle. Sí, de aventuras, de señales y registros. Un ambiente con alegrías, con esperanzas. Sueños e ilusiones. Un cuento que puede descubrirnos las esencias, el retorno a la imagen de la niñez, nuestra identidad. Una interesante coincidencia. Acaso el cuento revela las señales de la vida, los parajes que deben o son recorridos, es como soñar, es como vivir. La autora nos acerca a la realidad, pero nos aleja de la fantasía o nos aleja de la realidad, pero nos acerca a la fantasía: nos hace partícipes de mundos paralelos, sin olvidar lo que somos, de dónde venimos.
Aura es especialista con las figuras estilísticas, en convertir las naves en aves libres en el viento y hacer bostezar al sol, pero es, más que eso, una soñadora que - indiscutiblemente - nos hace soñar y divertirnos. Nos enseña que los niños siguen una rutina, pero que, a diferencia de los adultos, hacen que sea diferente, sencilla, pero especial, tierna e ingenua.
Yo creo que “Barcos de papel en el barrio” son los ríos profundos que nos conducen a la búsqueda de quienes somos, de nuestra búsqueda personal. A través de barquitos, también de niños artesanos, Aura intenta llevarnos a la semilla que dará frondosos árboles si la regamos diariamente con imaginación, arte, pasión y sobre todo cuentos, el principal abono para crecer feliz.
Otro aspecto interesante en “Barcos de papel en el barrio” es la configuración de un mundo ecológico y energéticamente limpio. Ocurre igual en casi toda - por no decir toda - la producción de la autora aguadulceña. Se mantiene como una constante. Aura da dos opciones, esto o lo otro: el nadar de los niños del barrio o el irse a un sitio transitado por autos y semáforos, por no comprender la ruta, quizá de la propia existencia.
Finalmente, Aura nos convoca a pensar en que los niños crecen y deben decidir sobre su pasado; es un llamado: crecemos y tenemos la responsabilidad de legar, de ofrecer, de ofrecernos, para hacer del barrio un lugar digno y feliz. Dejar nuestro registro. Aura nos demuestra que los juegos no son cosa del pasado. Por el contrario, como antaño jugábamos con barquitos de papel (también ahora), hoy lo hacemos de otros modos. Lo importante es jugar.
Nuestra autora, que disfruta del aguacero mientras sale el sol y juega con sus rayos cuando regresa la lluvia, bajareque a veces, chaparrón otras más, es una de esas mujeres que ha entrado con fuerza al mundo de las letras panameñas y como aprendió que escribir es lo suyo, no dejará de hacerlo mientras haya palabra.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.