Decisión
¿Por qué voy a votar? Hágalo a conciencia
No creo en banderas de partidos con sus lindos colores, creo en principios que son los que mueven mis pasos por esta lozana tierra; creo en la gente que piensa diferente, en la variedad de opiniones que enriquece la democracia
No creo en banderas de partidos con sus lindos colores, creo en principios que son los que mueven mis pasos por esta lozana tierra; creo en la gente que piensa diferente, en la variedad de opiniones que enriquece la democracia
- Elodia Muñoz /Comunicadora social
- - Publicado: 19/4/2014 - 11:00 pm
No creo en banderas de partidos con sus lindos colores, creo en principios que son los que mueven mis pasos por esta lozana tierra; creo en la gente que piensa diferente, en la variedad de opiniones que enriquece la democracia y creo en la libertad de expresión.
NOS HAN PROMETIDO UN FUTURO PROMISORIO, HENCHIDO DE OPORTUNIDADES, EN FIN, UN PAÍS DE PRIMER MUNDO. SUENA POSIBLE, LO QUE ME PARECE INTERESANTE, Y ES QUE SI SE LE INVIERTE VOLUNTAD, PUEDE LOGRARSE.
El cuatro de mayo elegiremos un nuevo presidente, y a estas alturas, los panameños tras el bombardeo propagandístico, ya en efecto es hora de tener claro por quién votaremos.
¿Por qué el pueblo decide ir a las urnas el cuatro de mayo?
Es muy claro para los que tratan de dar una perspectiva diferente, quieren nuevas oportunidades, que se resuelvan los problemas sociales, pero sobre todo que sea un Panamá en el que sus riquezas lleguen a las mayorías.
Los candidatos a la presidencia y todos aquellos que aspiran a puestos de elección ya hicieron su parte, nos han prometido un futuro promisorio, henchido de oportunidades, en fin un país de primer mundo. Suena posible, lo que me parece interesante, y es que si se le invierte voluntad, puede lograrse.
EL VOTO TIENE UNA FUERTE CONNOTACIÓN EMOCIONAL. PERO... ¿SERÁ POSIBLE QUE EN ALGÚN MOMENTO APARTEMOS LA PASIÓN Y NOS PREGUNTEMOS POR QUÉ VOTAMOS? ¿POR QUÉ SE OPTA POR UN PUESTO DE ELECCIÓN?
¿Cuál es el comportamiento de los panameños al elegir un presidente?
En este mundo paradojal y de acuerdo con lo vivido y en mis zapatos de ciudadana de a pie, el panameño vota por un candidato porque aspira a un mejor puesto, mejor salario, obviamente porque soluciona en gran medida los problemas que le aquejan y, sobre todo, el de mantener su estabilidad laboral.
Lo decepcionante de esta decisión es que la mayoría de estas expectativas se concentra en jóvenes que a duras penas han concluido el bachillerato y sin ningún asomo de lograr una formación profesional, no le acierta el valor, pero sí con la firme convicción de que le entregaron alma, corazón y vida a la campaña del candidato de su preferencia, hecho suficiente que le sirve y le garantiza la mejor carta de presentación para una posición con un jugoso salario en el Gobierno, puesto que al situar en la balanza, pesan más las volantes que repartió en la calle, las papeletas que entregó de casa en casa o bien porque cargó pancartas y banderolas en el cierre de campaña, por lo que todo lo demás queda sobrando.
A las claras, no piensa por qué vota, yo sé que el voto tiene una fuerte connotación emocional. Pero... ¿será posible que en algún momento apartemos la pasión y nos preguntemos por qué votamos?
¿Por qué se opta por un puesto de elección?
Indubitablemente, no puedo echar en el mismo saco a todos nuestros personajes políticos.
EL PANAMEÑO VOTA POR UN CANDIDATO PORQUE ASPIRA A UN MEJOR PUESTO, MEJOR SALARIO, OBVIAMENTE PORQUE SOLUCIONA EN GRAN MEDIDA LOS PROBLEMAS QUE LE AQUEJAN.
Deben existir candidatos que participan en el ruedo electoral porque los mueve la buena intención y nos podrían sorprender con sus acciones, sin embargo, semejante a lo que pasa con los jóvenes, entendemos que desafortunadamente concurren aquellos candidatos que guardan intereses en elegirse o reelegirse, quienes han hecho de la política un negocio, quienes no quieren que se les acabe su negocio o derivan beneficios de objetos existentes, porque manejan la cosa pública como si fuera propia, o hacen contratos para enriquecerse y no me refiero a una tendencia en particular, tal es el caso de diputados con treinta años en una curul aspirantes a reelección.
Amado lector, vote y elija con base en su conciencia.
Al igual que siempre, voy a votar por mis creencias, otros pensarán distinto, votarán diferente y eso está bien.
Entiendo que usted vote por las suyas, yo creo en la democracia.
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